Quiero proponeros una escapada a un lugar mágico que parece sacado de un cuento, donde la naturaleza ocupa toda la escena y la fuerza del agua es la protagonista de la historia. Se trata del Monasterio de Piedra en Nuévalos, Zaragoza, un espacio entre árboles, rocas, cascadas y grutas para descubrir en familia y no olvidar en la vida.
Tenía el recuerdo de haber visitado este lugar de pequeña con mis padres. En mi memoria se había grabado una gran cascada llamada Cola de caballo que caía desde lo alto, un ligero viento que arrastraba las gotas hasta nuestro rostro y el estruendo de la fuerza con la que caía el agua. Hace unos años, cuando mi hija Indira era muy chiquitina pero ya empezaba a fijarse en su entorno quise repetir la experiencia con ella. El sitio se ha había hecho más turístico de lo que yo recordaba, pero aun así las sensaciones fueron las mismas y disfrutamos igual del paraje como había hecho entonces cuando la niña era yo y buscaba con mi hermana ninfas del agua entre las charcas al pie de las cascadas.
El parque del Monasterio de Piedra se puede recorrer en unas dos horas y media o un poquito más con peques que se detienen con multitud de detalles que les llaman la atención. El camino discurre por la linde del río Piedra, junto a cascadas entre rocas y vegetación. Asciende hasta lo alto de la cascada la Caprichosa y baja por dentro de una gruta hasta llegar al interior de otro salto de agua. Este es el lugar más mágico del parque. Podéis caminar hasta el fondo de la gruta por una pasarela de madera y contemplar el agua cristalina que llega de la cascada a vuestros pies.
En la zona de aguas más estancadas encontramos una piscifactoría donde se crían truchas comunes y arco iris. Es la primera piscifactoría que se creó en España y ya tiene casi 150 años. En la entrada venden comida para estos peces en forma de bolitas negras que huelen a insecto. A los niños les encantará alimentarles, echar al agua un puñado de estas bolitas y ver cómo los peces se lanzan a por ellas chapoteando y compitiendo entre ellos. Al final de la ruta se encuentra el aviario, donde hacen exhibición de aves rapaces 3 veces al día. Es una maravilla contemplar el vuelo de estas especies y conocerlas un poquito más gracias a las explicaciones de los cuidadores.
El camino del parque no es apto para ir con carritos, si vais con bebés, es recomendable usar portabebés, como hicimos nosotros. El precio de la entrada es de 15€ los adultos y 11€ los niños. Justo antes del acceso al parque hay un par de restaurantes donde tomar algo y reponer fuerzas.
En 2018 el Monasterio de Piedra cumplirá sus 800 años y ya están preparando distintos actos para celebrarlo. Fue allá por 1218 cuando los primeros monjes cistercienses ocuparon los edificios del Monasterio. Es un lugar mágico que merece la pena visitar con niños. Y si queréis completar la visita con alguna otra actividad por los alrededores, cerquita se encuentran las históricas Medinaceli y Daroca, o la laguna de Gallocanta, donde divisar aves acuáticas en un recorrido a pie, en bici o en coche. No olvidéis los prismáticos.
Si queréis ver más fotos del Monasterio de Piedra entrad en nuestra página de Facebook.
A mi me encanta este lugar! Fui con mis padres cuando pequeñita y luego, hicimos una primera excursión cuando mi hijo mayor tenía unos mesesillos…Es precioso. Ahora tengo que volver pronto porque mi chiquitina tiene ya casi 2 años y aún no hemos ido!!!! je, je! Por cierto…te he dejado una cosita hoy en mi blog…ji, ji
Es un lugar mágico que puedes visitar una y otra vez, no te cansas de verlo. Gracias por el premio Liebster, en un principio creí que era lobster (langosta en inglés) y como soy alérgica al marisco pensé que ya la habíamos liado… Un abrazo!
Ridículo llevar a niños tan pequeño a estas cosas porque luego ni lo recuerdan ni se enteran de nada, pero como algunos ponen por delante su egoísmo con la excusa del niño…
Para que un niño disfrute de estos parajes tiene que tener ya una edad, pero bueno, para muchos «padres» modernos, los hijos son como una mascota, o lo que es peor, un paquete.
Hola Anti-liliputiense, siento que ese sea tu punto de vista. Yo fue con mi hija con 8 meses, es cierto que no se va a acordar de nada pero el día que estuvimos allí ella se lo pasó muy bien, le hicieron mucha gracias las truchas saltando cuando ella les echaba comida y miraba las cascadas con curiosidad. Los niños pequeños viven el presente, ella ese día lo disfrutó y nosotros lo recordamos como un día precioso.
Algun alojamiento recomendado por la zona?
Hola Miriam, Nosotros estuvimos en Las Termas pallarés, tienen 3 hoteles de 3, 4 y 5* para todos los bolsillos. Nosotros estuvimos en el de 4 y fue de lujo!