Querido sobrino Gobo, el mundo exterior es algo apasionante… Así comenzaban las cartas del tío Matt el viajero.
¡Y qué ilusión hacía recibir estas cartas a toda la comunidad de Fragels! Especialmente a Gobo. Hoy en día, con la facilidad e inmediatez del e-mail y las redes sociales hemos perdido la costumbre de enviar cartas y postales contando lo bien que lo estamos pasando en las vacaciones.
¿No sería bonito que nuestros niños tomasen de nuevo esta afición de escribir postales a sus abuelos, tíos o amigos de los lugares a los que viajan? En vuestro próximo viaje buscad juntos una postal bonita y ayúdales a hacer una pequeña reflexión y poner por escrito (si todavía no escriben te pueden dictar ellos) las sensaciones que están viviendo. Os ayudará también a los papás a saber si el niño está disfrutando de la experiencia o debéis cambiar algo por sus comentarios (aquí hace mucho frío, la comida no es como es casa o mamá quiere ver muchas tiendas).
Animadles a elegir un buen nombre para firmar sus cartas viajeras como Anita la pequeña mochilera o David el Explorador. Seguro que aquellos que las reciben quedan encantados y en cada viaje esperan recibir una nueva. Y dentro de unos años podrán formar un bonito álbum con estos recuerdos de sus propias vivencias.
el pasado verano, mis hijas les mandaron a sus abuelos, a su casa de vacaciones, una carta; a ellos les faltó tiempo para contestar y escribirles, entre otras cosas, lo mucho que les había gustado recibir una carta de sus nietas, ¡¡si se emocionaron y todo!!