Si a vuestros hijos les entusiasman las historias de caballeros y princesas un lugar que os recomiendo visitar a toda costa es Sintra, a 20 minutos de Lisboa. Sus callejuelas de cuento, sus tiendecitas de artesanía y los espectaculares Palacio da Pena y Castelo dos Mouros bien merecen una visita que os trasladará a las historias de los hermanos Grimm. Si además os gusta la magia, la aventura y los lugares secretos, entonces no podéis saltaros la visita a la Quinta da Regaleira. Un palacete con un misterioso jardín repleto de sorpresas en forma de grutas, lagos escondidos y edificios enigmáticos. El jardín de la Quinta es un espacio que se ha relacionado con la alquimia, los temas esotéricos y hasta con los templarios. ¿Os apetece descubrirlo?
El lugar principal es su Pozo Iniciático, llamado así porque se usaba en rituales masónicos de iniciación. Se puede descender a este pozo por una escalera de caracol que lo va rodeando, tiene 9 rellanos circulares que evocan a los círculos del infierno, paraíso y purgatorio de Dante. Construido en piedra, muestra un tono verdoso por el musgo de sus paredes y al fondo del pozo puede verse una rosa de los vientos sobre una cruz templaria. A medida que desciendes van apareciendo túneles que te llevan a distintos puntos de la Quinta a través de grutas oscuras, si a los peques les da miedo conviene llevar una linterna a mano. Uno de los túneles lleva a un pequeño lago con una cascada que puedes atravesar saltando de piedra en piedra, al estilo de las zamburguesas de Humor Amarillo, pero estas no se mueven. Otro camino oculto os llevará a la Entrada de los Guardianes, al pozo imperfecto o a algunas de las muchas grutas. En cualquier momento te esperas ver salir de detrás de alguna roca a David Bowie y su panda de monstruitos de la película Dentro del Laberinto. Nosotros estuvimos en verano y hacía un día muy soleado, pero en otras épocas del año por su cercanía a la sierra de Sintra, a menudo el jardín se encuentra inmerso en un banco de niebla, lo que contribuye al halo misterioso del lugar.
Lago de la Cascada, Foto de Huson
Además del Palacio, que es el edificio principal de la Quinta, hay otras construcciones: la Capilla de la Santísima Trinidad, en el mismo estilo manuelino que el palacio, con representaciones de la naturaleza y la Torre da Regaleira, desde la que se obtienen unas vistas maravillosas de todo el jardín. Aquí tenéis un folleto y plano de la Quinta.
La Quinta ha pasado por varios propietarios, pero fue Carvalho Monteiro el que mandó construir un espacio con edificaciones llenas de símbolos que reflejaran sus intereses e ideologías, veréis que hay representaciones mitológicas y del mundo esotérico por todo el recinto. Incluso el jardín está estrategicamente planificado, comienza estando más cuidado y ordenado en la parte baja de la Quinta y se vuelve más salvaje a medida que llega a la parte más alta, ensalzando las fuerzas de la naturaleza.
La Quinta da Regaleira es un lugar lleno de misterio que encantará a vuestros hijos. Recorrer su jardín secreto, descender por su pozo y adentrarse en sus túneles y grutas supone toda una aventura digna de cualquier película de Spielberg.
Sin lugar a dudas uno de los sitios más espectaculares en los que he estado… Y es que Sintra es mucho Sintra, tiene muchísimos lugares con encanto !!
Saludos
Tienes razón, Nerea, todo Sintra es un maravilla. Pero la Quinta tienes algo especial, creo que es el misterio que rodea sus jardines, el pozo… Es como un lugar mágico en que no te sorprendería ver hadas y duendes! Gracias por tu comentario.
Tenemos pendiente un viaje a Lisboa y alrededores. Gracias a tu artículo seguro que incluiremos la Quinta da Regaleira en nuestra ruta! 🙂
Sí, Sandra, no puede faltar Sintra en una ruta por los alrededores de Lisboa y de la Quinta te va a costar sacar a tus chicos. Si hace buen tiempo te recomiendo también Cascais y un bañito en la playa do Guincho.
Un sitio increíble. Con mucha mística. De mis favoritos y más recomendados en mi blog.
¡Saludos!
Totalmente de acuerdo, un lugar con mucha fantasía ideal para visitar con peques!