¿Qué tal si a un día de excursión a la montaña, una pequeña caminata y un pic-nic le sumamos la diversión de buscar un tesoro escondido, como si fuésemos piratas en busca del legado de Barba Negra?
El geocaching se ha convertido en esto precisamente, un juego internacional de esconder y encontrar tesoros. Consiste en esconder objetos en el campo (principalmente) o en la ciudad y apuntar las coordenadas geográficas tomadas con un GPS para después hacerlas públicas en la web y que cualquiera pueda tratar de encontrarlo.
Los “tesoros” suelen ser objetos de poco valor metidos en contenedores de plástico, para aguantar las inclemencias y el paso del tiempo. El código de conducta de este juego indica que quien encuentra el “cache” o “geocache” (así se denomina al contenedor con todo su contenido) puede llevarse un objeto y dejar a cambio otro para el siguiente aventurero que llegue hasta él. Normalmente hay un bloc de notas para apuntar el nombre y la fecha de todos los que lo encuentran y que quede registrado para la posteridad.
Existe una web internacional de geocaching (en inglés) donde se publican las coordenadas de todos los tesoros escondidos y otra web hispana. Cualquier persona puede entrar a consultar los que hay cerca de su casa o donde vaya a hacer un viaje o excursión y compartir después su experiencia. Sólo hace falta registrarse con un e-mail y contraseña, es gratuito.
Para empezar a jugar este divertido juego, que ya se ha convertido en deporte, lo único que se necesita es un dispositivo GPS o un smart phone con alguna aplicación de GPS como Groundspeak’s Geocaching para iPhone.
Este video, aunque está en inglés, ilustra muy bien en qué consiste el geocaching.
Animaos a participar en esta búsqueda del tesoro con vuestros hijos, ya existen casi millón y medio de caches escondidos por todo el mundo esperando que vuestros pequeños piratas los encuentren.
