Australia ha sido durante mucho tiempo mi destino fetiche. Hace 15 años visité este país y no me defraudó en absoluto, es más ahora quiero volver con mis hijos. Como es un país muy grande conviene centrarse en varias localizaciones a visitar, según el tiempo que tengáis. En un primer viaje (y casi en cualquier viaje) a Australia no puede faltar la fantástica ciudad de Sídney, la más importante y poblada del país, aunque os recuerdo que NO es su capital (es Canberra).
Llegar hasta Sídney lleva como poco 24 horas de vuelo y una o más paradas, normalmente en Asia. Con niños a veces compensa hacer una parada de un par de días y después continuar hasta el destino. Una vez allí podéis desplazaros con transporte publico que funciona de maravilla, tienen incluso monorraíl.
La oferta de ocio es muy amplia y es un país en el que te sientes muy cómodo. Sin embargo, es imprescindible hablar inglés para entenderte con la gente. No es como otros países de Europa en los que siempre encuentras a alguien que habla tu idioma o lo chapurrea y te puedes comunicar. Conviene aprender un poco el idioma o por lo menos aprenderse unas frases en inglés. Podéis probar con plataformas on line como la de Babbel si no os va lo de ir a una academia o no tenéis tiempo y queréis aprender en los ratos libres.
Aquí os cuento los planes más atractivos para familias :
Casa de la Ópera (Opera House)
Este edificio, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se ha convertido en el icono de la ciudad. Su arquitectura es realmente llamativa con sus bóvedas en forma de conchas o velas. Todo un reto en su construcción que al final se llevó a cabo creando una esfera y desgajándola en sus conchas.
El edificio se puede ver por dentro en excursiones guiadas donde te cuentan toda su historia y curiosidades o podéis asistir a alguno de sus espectáculos, cada semana hay unos 40 shows de todo tipo, también actuaciones infantiles.
Puente de la Bahía (Harbour Bridge)
Otro icono de la ciudad que cada 31 de diciembre nos muestra la televisión bajo un cielo de fuegos artificiales como uno de los primeros lugares en el mundo donde ya ha comendado el año nuevo. El Puente de la Bahía conecta el centro financiero de la ciudad con la zona norte, más residencial. Una curiosa actividad que tienen los australianos es escalar el puente. Te ponen un mono, arnés y vas en tropa por lo más alto del puente a disfrutar de las vistas de la bahía, especialmente bonitas al atardecer. Se puede hacer a partir de 10 años y 120 cm de altura.
Playas Bondi y Manly
No puedes visitar Sídney sin conocer alguna de sus mejores playas urbanas. Bondi tiene un km de largo y fuertes corrientes, sobre todo en su zona más meridional, que está reservada a los surfistas. Se puede nadar en ella en la zona señalizada entre las banderas.
A Manly se llega por ferry, también es muy popular entre los surfistas. Tiene una zona comercial con cafés y restaurantes muy chula.
Foto de australia.com
Darling Harbour
Una de las zonas más animadas de la ciudad, tiene centros de ocio, restaurantes, museos y jardines. Entre otros, aquí se encuentra el acuario, el Museo Marítimo Nacional, el Jardín Chino de la Amistad y un centro de convenciones.
Torre de Sídney (Sydney Tower)
Aunque el skyline de la ciudad lo marcan la Opera House y el Puente de la Bahía, la Torre de Sidney es su rascacielos más alto y uno de los grandes atractivos de la ciudad. Ofrece unas vistas 360 grados espectaculares. Pueden llegar a verse las Blue Mountains en días despejados. Además, hay una experiencia 4D incluida en la entrada a la torre. Si lo deseáis, podéis comer en su restaurante mientras este gira y vais viendo toda la ciudad.
The Rocks
Uno de los barrios más atractivos y con más historia, muy cerquita del puente de la bahía. Tiene un mercado al aire libre, un montón de pubs donde suele haber alguien tocando en directo, restaurantes, tiendecitas y galerías de arte. También encontraréis muchos artistas callejeros en esta zona y el Museo Contemporáneo de Arte.
Jardín Botánico Real
Un inmenso jardín de 29 hectáreas que se encuentra muy cerquita de la Opera de Sídney. La entrada es gratuita, sólo la zona de los invernaderos es de pago. Merece la pena recorrer este jardín tranquilamente con los niños, hay plantas australianas y también de otras partes del mundo. El jardín botánico es hogar de una inmensa colonia de zorros voladores como estos de la foto, los verás colgando de las ramas durmiendo plácidamente. No os preocupéis porque son totalmente inofensivos. Se pueden hacer visitas guiadas y también tours aborígenes para aprender más de los Cadigals, los primeros pobladores de la zona de Sídney.
Luna Park
El parque de atracciones de la ciudad. Luna Park se encuentra justo en frente de la bahía y se puede llegar en ferry o a través del puente por tren, bus o coche. A pesar de no ser un parque gigantesco hay un montón de atracciones, muchas también para los más peques. Tiene también restaurantes y actuaciones.
Blue Mountains
A 2 horas en tren se encuentra el pueblecito de Katoomba, en una zona de montañas y frondoso bosque de eucaliptos llamado las Blue Mountains. Es una zona muy popular de excursión para los habitantes de Sídney y también para los turistas que ya han visto suficiente de la ciudad y quieren disfrutar de la naturaleza.
Hay paseos bien señalizados, incluso algunos accesibles con carritos pues vas por una pasarela de madera. No os perdáis las vistas desde Echo Point de las Three Sisters, 3 rocas gigantes con toda una historia aborigen detrás, icono de la zona. Si queréis más emoción podéis subir al Skyway un teleférico que cruza de un lado al otro del acantilado con suelo de cristal para no perderte nada. El Cableway, otro teleférico que va por encima de las copas de los árboles o el Railway, una especie de tren que baja por una ladera de la montaña con mucha pendiente, nosotros probamos los 3!
Sídney es una ciudad que enamora, una de las puertas de entrada a un país de ciudades ordenadas y naturaleza salvaje, desiertos rojos, mares celestes y la barrera de coral más grande del mundo. A nosotros no nos asusta la distancia ni las horas de avión (aunque el presupuesto del vuelo sí), así que no tardaremos en volver, y esta vez en familia.
